Son la manifestación externa de alteraciones en las venas y, debido a diversos factores, se ensanchan, dilatan y se vuelven tortuosas provocando problemas de flujo sanguíneo y de estética. Es una enfermedad crónica y evolutiva.
Su aparición es el resultado de una serie de factores causales, algunos controlables (como la obesidad) y otros no (como es el factor hereditario).
La sintomatología va desde molestias, calambres, ardor, picazón, sensación de pesadez, adormecimiento hasta dolor, hinchazón, que conlleva a incapacidad funcional progresiva, dependiendo del grado.
Es el tamaño de las varices y el compromiso de los troncos venosos principales los que determinan la necesidad de operarlas.
Se deben operar para evitar sus frecuentes complicaciones que a corto plazo son la varicoflebitis (trombosis de la variz), con el consiguiente riesgo de embolia pulmonar, y la varicorragia (sangrado por rotura de una variz). Las complicaciones a medio-largo plazo consisten en la aparición de atrofia y pigmentaciones en la piel de pies y tobillos con tendencia a la ulceración.
No se deben operar todas aquellas de la rama de las safenas, venitas o varículas. Para éstas se realiza la esclerosis, que explicaremos más adelante.
Existen varios tratamientos disponibles para mejorar el aspecto físico de las piernas, para aliviar los síntomas asociados a la aparición de las varices y para evitar complicaciones derivadas sucesivas. Dependiendo de la severidad de las varices tendremos: tratamiento no quirúrgico y tratamiento quirúrgico.
Tratamiento no quirúrgico.
Tratamiento quirúrgico.
No existe un sistema seguro para evitar las varices, ya que en su aparición pueden influir muchos factores ya descritos anteriormente. El mejor tratamiento es una vida más equilibrada, evitar el sedentarismo y el estar de pie y quieto lo menos posible, además de practicar algún deporte, hacer ejercicio físico, hacer gimnasia o que nos hagan masajes, ya sean manuales, mecánicos o por presoterapia, porque todos ellos facilitan la circulación venosa.
Tecnología Láser: Esta tecnología ha evolucionado de tal manera que la mayor parte de las lesiones pigmentarias pueden ser borradas. El tratamiento de las manchas consiste en la aplicación de la Luz Intensa Pulsada o IPL. Es fundamental posteriormente prescribir un tratamiento tópico para aplicar en casa. Para casos de manchas más rebeldes también se emplea el láser de Neodimio_Yag Q-switched.
La energía lumínica es absorbida por el pigmento, produciendo una termocoagulación selectiva de la mancha, sin dañar la piel de alrededor.
Las sesiones duran varios minutos y se realizarán varias sesiones para eliminar las manchas, dependiendo el número de éstas y del tipo de paciente (edad, profundidad, etc…). No necesita anestesia local. Los resultados son visibles desde la primera sesión.
No posee efectos secundarios. Las molestias son pocas, una pequeña sensación de escozor que se calma con un poco de hielo. Los pacientes experimentarán decoloración o enrojecimiento temporales de la piel en la zona tratada. Se hace vida normal al finalizar el tratamiento. No deja cicatrices. La recuperación es total y el resultado final se obtiene entre las 4 y las 6 semanas después de su aplicación.
No todas. Dependerá de la profundidad a la que está la melanina, aunque un alto porcentaje de ellas desaparecerán. Como hemos mencionado en un apartado anterior las más rebeldes necesitan un láser de neodimio-Q switched.
Las precauciones que se deberán tomar es evitar la irradiación solar en las zonas tratadas por un máximo de dos meses después del tratamiento y no frotar ni enjuagar la zona con productos abrasivos de limpieza de la piel.
LToda mancha o zona pigmentada que queramos eliminar de nuestra piel debe ser previamente valorada por un médico especialista que será quien nos dirá y nos asesorará sobre la conveniencia o no de aplicar un tratamiento en concreto.